Description

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Pronto sus respiraciones se convirtieron en gemidos, luego en llantos; pronto mi propia voz se uni a la de ella, porque el consolador que la serv a tambi n me complac a: sus movimientos lo traen con una presi n a n m's r pida y m's fuerte contra la parte de m que m's se preocupaba por la presi n. Tuve un breve momento de timidez, cuando me vi a m mismo como desde la distancia, sentado a horcajadas sobre un extra o en una casa desconocida, abrochado dentro de ese monstruoso instrumento, jadeando de placer y sudando de lujuria. Luego, en otro momento, no pude pensar en nada, solo estremecerme; y el placer, el m o y el de ella, encontr su crisis dolorosa y arqueada, y se agot .